Viendo el otro día la sección de estadísticas que luego de cada fecha publican todos los diarios, veo que estamos punteros en lo que refiere a las tarjetas recibidas, con 32 amarillas y dos rojas; antes que sorprenderme, sólo sirvió para reforzar dos sensaciones: por un lado, para donde juegan los árbitros, a quienes protegen y a quienes (nos) atacan; pero por otro lado, y esto también hay que señalarlo, lo agresivo que se pone el equipo por momento, como pegamos de más, un lujo que no podemos darnos con el acotado banco de suplentes que tenemos.
Yo siempre me opuse a todas las estadísticas, porque legitimaban o sentenciaban actuaciones que en algunos casos sólo se explicaban por el peso de una camiseta. ¿Cuántos de los partidos que un equipo le lleva a otro en un historial se dieron por un penal inventado en el último minuto o por un gol en offside faltando cinco minutos?
Siempre daba el mismo ejemplo: sirve llevar adelante un registro de cuantas tarjetas recibe cada jugador si Schiavi nunca fue expulsado en Boca y otro pobre diablo por jugar en Gimnasia de Jujuy le sacan la segunda amarilla más fácil que la primera.
Hoy debemos preguntarnos qué valor tienen un registro así, cuando, por ejemplo, estudiantes figura como uno de los cinco equipos sin recibir rojas, cuando al fecha pasada Mercado le dio un planchazo asesino a uno de San Lorenzo.
Otro que no tiene expulsados es Huracán, que la semana pasada contra nosotros debió tener dos menos, quién saca a Cahais de la cancha (no El Rolly, sino quién le pega primero) y el del pisotón en la rodilla.
Otro hecho que indigna es que Boca, con Somoza y Battaglia como doble cinco, con el sucio de Rivero por derecha, Con Clemente Rodriguez, con Isaurralde, está antepenúltimo, mientras que el “más limpio” es el River de Ferrero, Román, Almeyda, Ferrari, Lamela con cuatro amarilla) entre otros.
Lo único positivo es que la lesión de Gio dejó en evidencia el juego de All Boys; algo muy diferente a decir que son perseguidos.
Pero hablemos de nosotros. Es cierto que en este primer puesto se debe a una persecución. De amarillas gratuitas, por el momento del partido, sea porque estamos ganando y, en el momento, no nos damos cuenta de lo que implica, o porque no nos amos cuenta porque pegamos de caliente.
Acá entra como ejemplo más claro la tarjeta a Toranzo, por no tirar el córner en Colón, que en aquel momento poco me importó, pero ya al otro día, cuando me senté a escribir ya dije http://laacadeblog.blogspot.com/2011/03/racing-colon-otra-goleada-que-ilusiona.html: “Lo negativo de la noche –que bien estábamos entonces-, o lo poco que se puede lamentar: seguimos teniendo varios amonestados (Yacob, Licht, Cahais, Martinez y Toranzo), con un plantel que aparece cómo reducido.
Pero también debemos decir que muchas amarillas son culpa nuestra, por no calmarnos, aún contra un árbitro que nos roba.
El pasado domingo, en el programa de Bonadeo, comentaban que Racing “jugaba con los dedos en el enchufe”, haciendo referencia a la velocidad, a la falta de la pausa. Comparto, pero esta figura también debe a cómo nos sacamos, un equipo que, ante un fallo arbitral (en muchos casos llanamente un robo), explota, se va del partido xy se pone a pegar o a esperar a ver cómo el árbitro los va a volver a robar.
Lo de Laverni es para matarlo, pero también hay que hablar de Licht y Fariña no puede repetirse. El partido con Huracán, del otro día, fue claro que a Cahais lo sacaron a patadas de la cancha y que todas las faltas menores eran para Huracán, pero después tenemos que ver lo sacado que estaba Yacob, gritándole y puteándolo en la cara: y no fue el único.
En fin, la conclusión que hay que sacar es, en une escenario donde algunos pueden pegar impunes o manejarle el partido al árbitro como hace Estudiantes, y a otros nos tienen de punto, no podemos entrar en s juego y excedernos en el golpe o la protesta, sobre todo con la falta de recambio, salvo que se haga bien, con coherencia y se diga: “no me importa el campeonato, voy a hacer que los árbitros no sigan robando”; y cada fecha le vas quebrando las dos, tres figuras del equipo poderos, si es el reclamo asilado, la puteada vacía, ganan ellos (vos no podes hacerte echar y que en la conferencia tu técnico te diga: “De los árbitros no hablo”; o que tu capitán diga: “hay que verlo, estamos muy nerviosos”)
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